jueves, 5 de noviembre de 2009

Simplemente, Amadeo Carrizo

Un adelantado para la época.

Nació el 12 de junio de 1926 en la localidad de Rufino, Provincia de Santa Fe. Debutó en primera en 1945, a los 19 años de edad frente a Independiente. Fue un innovador en el puesto siendo el primero en usar guantes. Es el jugador con más presencias, 513 encuentros, en River Plate hasta el momento y fue considerado el mejor arquero sudamericano del Siglo XX. Tarzán, como lo llamaban por sus acrobacias defendiendo el arco, lo tenía todo para ser el mejor en su puesto o al menos para dejar su marca en la historia sin pasar desapercibido. Su 1.90 metros, buena ubicación dentro del área, intuición para salir, seguridad de manos y una estupenda pegada de su pie derecho lo avalaban. Hasta se animaba a gambetear delanteros rivales y fue un especialista en el mano a mano y utilizó antes que nadie el saque de arco para iniciar los ataques.

Arrancó su carrera futbolística en " El Fortín", un pequeño y humilde equipo de su ciudad natal, Rufino. Poco tiempo después comenzó a jugar en el "Buenos Aires Pacífico". La curiosidad que puede destacarse es que no solo atajaba, sino que en ocasiones, también jugaba como delantero. De número 9. Lo hacía muy bien, tenía mucha habilidad como atacante. De hecho, convirtió varios goles. Sin embargo no pasó mucho tiempo hasta que se convenciera de que su futuro estaba bajo los tres palos.
La historia grande de Amadeo comienza a escribirse en 1945 cuando, con 19 años, debuta en la primera de River ante Independiente, club del que fue hincha en su niñez. Tuvo un buen debut ya que el millonario venció al rojo por 2-1. En ese encuentro, daría muestras de su jerarquía como portero y esa tarde sería el preludio de una gran carrera futbolística.

El romance definitivo con la hinchada de la banda roja llegaría 9 años más tarde de su debut. El millonario enfrentaba a Boca, que era puntero del torneo y luego sería campeón, en el Monumental. Esa tarde a River le salieron todas. Ganó 3 a 0 y Amadeo se dio el lujo de salir fuera del área para anticipar una pelota a José "Pepino" Borrello, el goleador del Xeneize. No solo le ganó en velocidad, sino que admás lo gambeteó como un wing a su marcador. En ese momento, la afición local gritaba y cantaba emocionada. Ahí mismo, en ese instante, en esa avivada, en ese anticipo seguido de una linda gambeta que luego derivó en un pase a Vernazza; Carrizo y la hinchada millonaria confirmaron su romance eterno.

Ostenta el récord histórico vistiendo la camiseta de River con 513 presencia superando a Amadeo Labruno que alcanzó 512.
En 1968 llegó a 769 minuos sin recibir goles batiendo el récord de Antonio Roma que estuvo 741 minutos con el arco en cero.










Un hecho confuso que mantuvo con Labruna(Entrenador y es compañero de equipo) con el apoyo del presidente Kent, obligaron a Amadeo a irse de River por la puerta trasera sin siquiera tener un partido homenaje.

El guardameta, tiempo después, dice: "Después de aquel partido de la gambeta pintaron frente a mi casa con alquitrán y me arruinaron un cochecito que tenía. Habían pasado dos días del partido. No sabía que había tanta crueldad..."

Durante 22 años fue titular e indiscutido en la valla de River. Ostenta el récord histórico vistiendo la camiseta riverplatense en 513 oportunidades, superando a Angel Labruna con 512. Formó parte de la famosa máquina junto a Pipo Rossi, Di Stéfano, Muñoz, Moreno, Pedernera, Labruna y Loustau. Es el único en su puesto que ha sido campeón en seis ocasiones, incluyendo el tricampeonato de los años 1955, 1956 y1957.
Pero todo deportista siempre tiene sinsabores y el momento más difícil de Carrizo fue el Mundial de Suecia en 1958. Argentina quedó afuera en primera ronda y Amadeo recibió 10 goles en tres partidos. De allí el famoso y recordado 6-1 en contra ante Checoslovaquia que derivó en un sin fín de críticas para el oriundo de Rufino haciéndolo artícipe principal de la derrota frente a los europeos. Fueron momentos muy difíciles para el arquero pero supo reponerse.
Tras ese mal trago en Suecia, con 38 años, consiguió otra oportunidad en la selección y no la desaprovechó. La cita fue en Brasil, en 1964 en el Torneo "La Copa de Las Naciones". Brasil (Local), Portugal e Ingalterra completaban la nómina de participantes. La selección sale campeón invicta y sin recibir un solo gol. Carrizo fue determinante en las tres victorias argentinas ante Brasil de Pelé 3-0 (Le atajó un penal a Jerson), ante Portugal 2-0 e Inglaterra 1-0.


Finalmente, en 1968, llega el fín de Carrizo en la entidad millonaria tras 22 años bajo los tres palos. Un hecho confuso que mantuvo con Labruna (Entrenador y ex compañero de equipo) con el apoyo del presidente de la institución en ese momento, William Kent, obligaron a Amadeo a irse de Nuñez por la puerta trasera sin siquiera tener la chance de un partido homenaje. Poco importó que, meses atrás, se transformara en el arquero que mayor tiempo mantuvo su arco en cero. Acerca de ese triste momento y su entredicho con Labruna, dij alguna vez:


"Nosotros habíamos sido compañeros y nunca tuvimos un problema. Yo había batido el récord de minutos sin goles (796 contra los 741 que tenía Antonio Roma) en el Metropolitano de ese mismo año, 1968. Y una semana antes lo había superado a él mismo en la cantidad de partidos en la primera de River. El tenía 512 y yo llegué a los 513, contra Independiente. No quería reconocerlo, decía que las estadísticas estaban mal y qué se yo. Lo real es que, a las pocas semanas, en la semifinal del Metro, perdimos contra San Lorenzo, que después sería el campeón. Yo me comí un gol bobo, pero no era para tanto. De ahí en mas, Labruna no me tuvo en cuenta para jugar el Nacional. En aquel último partido, contra Vélez, el del penal de Gallo que Nimo no cobró, me puso de suplente. Entré en los últimos 25 minutos por Gironacci, que se había lesionado. A los pocos días me dejaron libre. Claro que no guardo un buen recuerdo del presidente Kent ni del dirigente Garibaldi. Cumplí 22 años en primera y me tuve que ir por la puerta de atrás. Por eso me fui a jugar dos años a Millonarios de Colombia. Pero estoy felíz por la reivindicación que me hizo Alfredo Davicce, un dirigente de verdad. Ahora estoy en River otra vez, en relaciones públicas. Y es un orgullo".

Su salida de River lo llevó por otros caminos que lo depositaron en Colombia. Más precisamente en el Millonarios de ese país en dónde jugó dos años. De 1968 hasta 1970 cuando decidió ponerle fín a su larga trayectoria a la edad de 44 años. Tras su retiro tuvo su primera experiencia como entrenador del Once Cladas de Colombia y luego, en su regreso a la Argentina dirigió a Deportivo Armenio (Estuvo unos meses en el cargo) y luego se vinculó definitivamente al club de sus amores, River Plate, como relacionista público. Sumado a esto hay que decir que en junio de 1977, junto al periodista Alfredro Di Salvo, publicó un libro con un título acorde a su carrera: El arte de atajar.

La esxtensa trayectoria de Amadeo tuvo un cierre felíz e inesperado años más tarde tras su retiro. Veintidos años pasaron hasta que, el 16 de diciembre del 2004, Millonarios de Bogotá le brindó un homenaje (algo que no hizo River en su momento) por los dos años que jugó en aquel club y en reconocimiento a su trayectoria. Los colombianos enfrentaron a River en celebración de la Copa Amadeo Carrizo y el encuentro terminó igualado 2 a 2. Por otra parte, desde el 17 de agosto del 2008, el sector bajo de la platea General Belgrano del Estadio Antonio Vespucio Liberti, conocido como El Monumental, lleva su nombre en homenaje a su carrera y logros conseguidos en el club. De esta manera, Amadeo, se suma a una selecta lista de célebres próceres
riverpltenses como Bernabé Ferreyra, Angel Labruna, Leopoldo Bard, José María Minella y José Manuel Moreno, entre otros; que cuentan con los mismo honores relacionados con sectores del Estadio. Lo tenía merecido el gran Amadeo. Un hermoso gesto que no suple al homenaje que le negaron en su momento los dirigentes que manejaban el club en 1968, pero que de cierta forma reconoce el amor que el arquero le brindó al club de la banda roja; y sobre todas las cosas responde a una máxima infalible. Los homenajes a los ídolos hay que hacérselos en vida y Carrizo, a sus 84 años, puede estar más que contento, primero porque ya es un leyenda viviente y segundo porque ese vínculo y amor a la camiseta millonaria siguen intactos y su nombre será recordado por siempre en la institución de Nuñez.

1 comentario:

  1. Hola, he estado visitando diversos blogs con la intención de propagar mi opinión personal. Te agradecería si dejases comentarios en mi página.

    ATT: R. B

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